Trabajo experimental sobre el poder y el condicionamiento de la mirada de los otros sobre nosotros mismos.
Trabajo sobre  las expresiones de nuestros verdaderos “Yo”.
¿Qué tan fuerte es la mirada de los otros como para crear en nosotros otras expresiones de nosotros mismos?
¿Podría resultar  tabú  ser realmente uno mismo?
¿Es autentica la expresión de nuestros yo artificiales?

 “La expresión de los otros…”, se refiere a  la expresión de los verdaderos yo, que viven reprimidos en nosotros.
El ser humano es un ser animal, social por naturaleza, en él conviven, el impulso y el deseo salvaje, así como la mirada política y racionalmente correcta del actuar, condicionada  y establecida por fuertes y ancestrales pautas y parámetros sociales, culturales y religiosos.

¿Qué sucede cuando jugamos a ser otro?
¿Emanan, espontáneamente, expresiones de nuestro yo oculto, reprimido ante la mirada que juzga y condena, la mirada social, la mirada de los otros?
El ser humano es ambiguo, desequilibrado e inestable por naturaleza.

El tratamiento escénico:
No hay un lenguaje estable y definido, hay quiebres permanentes que exponen la artificialidad de las expresiones creadas, la inestabilidad de lo ambiguo, expone un modelo  “no autentico”, “no coherente”, que impone la sociedad como sistema de supervivencia. Sistema que , creemos, dominamos y comprendemos. 

Espacio escénico:
Un espacio totalmente despojado en él solo hay 5 cuerpos (actores) y 5 tubos fluorescentes, colocados al ras del piso, sobre el perímetro espacial.